El sepelio de quien en 1984 fue galardonado con el Premio Cervantes, que iba a concluir en la noche de este sábado, finalmente continuó por decisión de la familia del escritor y ante la innumerable cantidad de gente que se acercó para dar su último adiós a esta figura icónica de la literatura argentina. El velatorio se llevó a cabo en el club Defensores de Santos Lugares, al que Ernesto Sábato concurría a tomar café y a jugar al dominó con sus vecinos. La decisión de velar sus restos en esta institución social y deportiva fue adoptada por Mario Sábato, hijo del escritor, quien admitió que simplemente cumplió un deseo de su padre. El autor de "El túnel", "Sobre héroes y tumbas" y "Abaddón el exterminador", entre otras, murió este sábado en su casa de la localidad bonaerense de Santos Lugares, en la que residió durante los últimos 50 años. Debido a su ceguera, Sábato vivía prácticamente recluido en su casa y se había visto obligado en los últimos años a aba
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