EL TIEMPO FINALMENTE ENCONTRADO

Fallido Despecho----- Ella lo había abandonado dos semanas atrás, pero la sensación de desamparo que se le plantó en el corazón no hacia más que acrecentarse día con día. Durante la quinta jornada del mes de junio de 1895, durante una tormenta de estación huracanada, en la alongada costa de la bahía de Truxillo, Leonardo tomó una fatal y única resolución. Se dirigió trastabillante, acaso inseguro de su presagio hacia el aparador de implementos cortantes. Allí encontró, en la habitación semi alumbrada, variados tipos de cuchillas y navajas. Palpando dentro de los cajones atiborrados de filosas hojas escogió una que parecía de exacto tamaño en relación a su vigoroso cuerpo. Dio un suspiro de resolución incrustándose el metálico instrumento. Pero la daga elegida, bañada en salitre hacia años, no incursionó correctamente en su tersa piel y músculos, causando una rasgadura vejatoria y levemente sangrante. Leonardo lloró desconsoladamente su desatino, pero desde ese momento definitorio es