FATAL ENSUEÑO- relato
Esa mañana, el Doctor Godoy se levantó con el alba colgándole espesamente de las pestañas. Pocos segundos después, y poco a poco, fue abriendo los ojos delicadamente, y la vista se le laceró por el resplandor del día que asomaba radiante. Inmediatamente se dio cuenta que lo que había vivido minutos antes no había sido solamente un sueño: el amor de su vida, ese ser extraordinario que lo seducía intensamente, y que él deseaba con cada nervio y músculo de su cuerpo, -extraviándolo hasta de los linderos de la locura-, ya no existía allí, ya no podía divisarlo allí del lado de la realidad; Ella ya no estaba mas. “Todo fue un sueño” -se dijo en voz alta-, acongojado, triste y deprimido.
Entonces, vencido, y con los brazos colgándole a los costados, tal un monigote de trapo, se dirigió a la alacena de escalpelos filosos y rutilantes, tomó uno, el más liviano y más alargado, y cortó su carótida sin mayor complicación o dolor.
Ese fue su último acto, precedido por aquella quimera apasionada que le robó inútilmente la vida.
(c) Rafael Ángel Valladares Ríos-2011-2022
pintura, “Dominó alado” – Roland Penrose
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