CÁLIDO CUENCO Ahora puedo declara sin temor a los aullidos de aquella gente Que vagaba enajenada a mi lado Que he sido un cobarde, desde el pasado viéndome, he sido El espantajo más ilustre que he conocido pues Nunca enfrenté a los que me gritaban al rostro el defecto del afecto Trasladado a esos seres tan hermosos de la mitología que yo mismo Había construido desde el frenesí. Esos entes, concretos y bellos en mi entendimiento, han sido los que me guiaron Hasta este momento definitorio, cuando rememoro a todos los Que estuvieron hostigándome durante el largo viaje que he desandado Danzando, vociferando, sollozando… Puedo exponer, inocente de locura y de vagas ideas, que he sido feliz Muy a pesar de los que me señalaban con sus dedos inquisitorios de siglo 13 Creyéndose perfectamente iluminados en el arte del amor y de la atracción sensual. Grave error, pues he descubierto, desde mi decadente torre vigilante Que aunque desandaba el camino cont
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